[Análisis] The Elder Scrolls V Skyrim

Estamos ante uno de los juegos más esperados del año, para muchos, de los más esperados desde que acabaron sus pasos por las tierras de Cyrodiil, y sin duda ante uno de los juegos más grandes de todos los tiempos. Skyrim es el cumulo de todo lo bueno de los juegos de Bethesda, juntar en una marmita las cualidades de sus grandes sagas, un poco de The Elder Scrolls, una pizca de Fallout, buen hacer, imaginación, magia y mucho cariño, para acabar obteniendo como resultado un producto sencillamente espectacular.

Comenzaremos el juego camino de nuestra muerte, en una carretilla junto a tres pobres diablos que van al cadalso como nosotros. Se pasa lista y con esa excusa ponemos nombre y rostro al que será nuestro campeón durante las próximas cientos de horas, o mejor dicho durante los siguientes segundos ya que nos van a cortar la cabeza. Un rugido, un hacha a punto de cercenarnos la testa y una bocanada de fuego que trae muerte, destrucción, y una segunda oportunidad para nosotros, ante nuestros ojos el primer dragón de los muchos que vamos a conocer…

Nuestra única salida es huir gritando y agitando los brazos, ya desde un principio se nos pondrá en la tesitura de elegir un bando en una guerra civil que está consumiendo el reino, ¿seguir a quienes iban a matarnos minutos atrás o unirnos a los rebeldes? Tras superar el típico tutorial donde aprender a manejar a nuestro personaje huiremos a una pequeña aldea, y a partir de aquí se acaban las imposiciones, podemos hacer lo que queramos. Buscar nuestro destino, cazar dragones, explorar tumbas o simplemente pasarnos la vida cortando leña en un aserradero, en Skyrim hay cabida para todo esto y más.

Los chicos de Bethesda se han superado hasta el infinito, estamos ante un juego que tiene tantísimo que ofrecer, que llega un punto en el que te da miedo hablar con los habitantes de las ciudades, porque sabes que te vas a ir del lugar con un par de misiones nuevas como mínimo. Siempre hay algo que hacer, bandidos, bestias y todo tipo de criaturas irrumpen en la apacible vida del pueblo de Skyrim y en nuestras manos esta equilibrar la balanza hacia el lado que más nos beneficie. Tenemos ante nosotros una región enorme, grandes ciudades con sus normas, sus líderes y un sinfín de problemas buscando un valiente que quiera resolverlos. Y es que es increíble cómo nos encontraremos con algo nuevo para hacer en cada momento, ver a varios aldeanos quejándose en grupo, a una pobre alma errante maldiciéndose por su mala suerte, o simplemente preguntando por trabajo en una taberna conllevara una nueva gesta por realizar.

Como ya viene siendo tradición, además de la historia principal, tenemos varios gremios a los que unirnos con una trama argumentalmente bien labrada y duradera. Cada uno de estos gremios nos acogerá con los brazos abiertos si cumplimos los requisitos, y comenzando desde lo más bajo iremos ascendiendo posiciones hasta tomar el mando de cada uno de ellos. A diferencia de Oblivion ,en esta ocasión no estamos ante misiones difíciles ni que requieran una habilidad extrema, sino a tramas con mucho más peso argumental, que nos harán formar parte realmente de cada casa, conocer a nuestros compañeros, apreciarlos y unir lazos con ellos, cosa que por ahora no se había logrado para mí en ningún juego de Bethesda.

Además de los cuatro gremios que ya todos conocemos (por el amor de dios, nadie quiere ser un Bardo), se nos da la posibilidad de una quinta serie de misiones secundarias con más fuerza aun si cabe. Desde los inicios del juego tenemos que elegir un bando, bien luchar por el Imperio o bien unirnos a los Capas de la Tormenta en la rebelión. No es algo meramente argumental ni para salir del paso, una vez unidos a una de estas dos facciones, viviremos una guerra civil, lucharemos con nuestros hermanos de armas, asediaremos fuertes y ciudades, y la balanza se pondrá a nuestro favor con nuestras acciones.

Con estas cinco líneas argumentales, la obra de Bethesda ya puede rivalizar con casi cualquier juego del género a día de hoy, pero ni mucho menos acaba aquí. Nos encontraremos con misiones importantes, argumentalmente bien elaboradas, sin tener que buscarlas siquiera, leer el diario de un bandido en su guarida, conseguir el fragmento de un amuleto en uno de nuestros viajes o cosas tan simples como buscar una mascota en las afueras de la aldea pueden desembocar en misiones de varias mazmorras y una duración enorme para nuestro asombro. Un juego que puede durarnos toda una vida, miles de cosas por hacer y sin hablar aun de la trama principal del juego…

Y trama principal tiene, hablamos del resurgir de los dragones, de historias que eran meramente leyendas, de darle un sentido y un camino a nuestro reciente titulo de Sangre de Dragón. Una campaña principal bien elaborada, con un argumento fuerte y que a diferencia de Oblivion cada vez va a mas. Como viene ya siendo habitual en las aventuras de Bethesda, la campaña principal no tiene una duración extrema, pero no es una historia que podamos hacer desde los inicios, nuestro personaje necesitara cierto rodaje si quiere hacer frente a los temibles retos a los que se nos pondrá a prueba durante la aventura.

Arcilla fresca en nuestras manos para realizar la obra que nosotros gustemos, nuestro personaje será lo que queramos que sea. Un mago, un guerrero, un ladrón o todo a la vez, no hay restricciones. En Skyrim nuestro personaje tendrá una serie de talentos, cada uno de ellos irá aumentando de nivel a medida que hagamos uso de ellos, si atacamos con una espada normal, subiremos el daño con armas a una mano, si nos inflan a porrazos llevando una armadura ligera subiremos nuestra afinidad con ellas, y así con todo. Si un jugador quisiera, podría subir el nivel máximo de absolutamente todos los talentos del juego, no hay ningún problema en ello, pero las habilidades realmente serán las que marquen el camino de un personaje hacia un lado u otro, y para ellas solo disponemos de una pequeña cantidad de puntos a repartir.

Además de los talentos, nuestro propio personaje dispondrá de un nivel, cada vez que un talento suba de nivel iremos consiguiendo experiencia para el de nuestro personaje. Llegado el momento podemos subir de nivel, asignar diez puntos a una de las tres fuentes de sustento de nuestro protagonista (magia, salud o resistencia) y conseguiremos un punto de habilidad. Hechizos que cuestan menos al lanzarlos, armas que hacen más daño, un zoom al apuntar con nuestro arco, todo ello se puede conseguir si tenemos el nivel suficiente del talento, y los puntos para gastarlos. Hay que saber muy bien que habilidades subir, ya que estamos hablando de poquísimos puntos a repartir, elegid muy bien, ya que picotear un poco de todo no hará ningún bien a nuestro personaje.

El equipo influye más que nunca en nuestra aventura, cientos de armas, docenas de armaduras y miles de combinaciones posibles. Desde el equipo más básico al más legendario iremos viendo como nuestro personaje evoluciona con ellos. No vamos a encontrarnos armaduras de alto nivel en las guaridas de los ladrones de baja estofa ni veremos mendigos con equipo de grandes héroes como antaño. Lo bueno cuesta, custodiados por grandes enemigos o necesitando un alto nivel de herrería e ingredientes de dudosa procedencia. Además en esta entrega podemos usar encantamientos tanto en las armas como en las armaduras, si subimos esta rama de talentos prácticamente podemos hacernos el equipo que queramos con sus pros y contras contra diversos enemigos o simplemente crear algo tan magnífico que seamos un ejército letal en todos los sentidos.

Los gritos quizás sean el aliciente más atractivo de esta nueva entrega, como Sangre de Dragon podemos entender y replicar el lenguaje de estas bestias en forma de poderosos gritos. Para dominarlos solo hay dos caminos, que nos los enseñen los Barbas Grises o encontrar varios lugares antiguos repartidos por todo el mundo que nos enseñaran nuevas habilidades. Aunque hay muchísimos gritos, dominarlos todos es un trabajo durísimo, ya que cada grito tiene tres niveles y para desbloquear cada uno de ellos necesitaremos el alma de un dragón. Eso sí, gritar un Fus Ro Dah no tiene precio…

¿Dificultad?, para mí los juegos de Bethesda son inicios duros (muy duros en niveles de dificultad altos) y un arco que va decreciendo a medida que avanzamos y conseguimos equipo. Skyrim es un mundo constante, puedes cargar diez veces una partida e ir por el mismo camino, que difícilmente te encontraras con los mismos enemigos a su paso, bandidos, bestias salvajes acostumbradas ya a la carne humana o un dragón aterrizando en nuestras mismas narices, hay pie para todo. En esta ocasión los enemigos no comparten nivel con nosotros, sino que se ha puesto un nivel a modo zonal, con Carrera Blanca como punto cardinal veremos como el oeste y el sur son parajes más o menos sosegados, enemigos duros pero asequibles, en cambio si nos adentramos en el norte veremos retos de todo tipo.

No hay retos en Skyrim que no se puedan superar con maña o por la fuerza más bruta que podamos infligir, magos poderosos, gigantes, bandas organizadas, en las primeras horas nos mataran con la mirada, pero con el tiempo seremos nosotros los que acabemos con ellos en cuestión de segundos. Compañeros de todo tipo podrán unirse a nuestra causa, arqueros, guerreros, magos, todos nos ayudaran lo mejor que puedan, y si le sumamos alguna que otra invocación y nuestros gritos, nada es imposible. Y que nadie se equivoque, aunque los dragones son el eje central del juego y nuestro primer contacto con ellos sea duro a la par que impresionante, no es de extrañar que con el tiempo sean meramente anecdóticos, fáciles de eliminar en cuestión de segundos (como que yo he matado uno completamente desnudo sin problemas).

Si hablamos del juego en si a nivel de diseño, por supuesto que de primera mano el debate comenzara con los errores de programación. He visto cosas que no creeríais, acabar con un dragón y que el suelo donde cayó se lo tragase con gula, paralizar a un enemigo y que este se vuelva una estatua inmortal a la que no poder hacerle daño, dragones pixelados, compañeros volando hasta el cielo tras recibir el golpe de un gigante y mil cosas más, pero a estas alturas ¿acaso esperabais un 1.0 perfecto?

Pasaran mas de mil años, muchos más, y Skyrim seguirá teniendo errores, es perfectamente normal que en un mundo tan inmenso pasen cosas de este tipo. Sin embargo ni mucho menos es el pan de cada día, y por mucho que leáis en otros sitios tampoco es para tanto (en mi primera partida no habré llegado a los diez errores y hablamos de más de sesenta horas). Yo me quedo con las cosas buenas del juego, una ambientación brutal, elementos en estado puro en un sistema climático maravilloso, y ver como todo lo que se dice se acaba haciendo. No es como en entregas anteriores u otros juegos donde escuchabas decir a un personaje que iba a un sitio y no se movía pasara lo que pasara, en Skyrim si alguien dice que va a otra ciudad a comerciar, se hará todo el camino aunque nosotros no estemos para mirarlo, y que esto se haga con miles de personajes en todo el reino es para pensarse un poco más el nivel de programación de esta maravilla.

Completamente localizado a nuestro idioma, y estamos hablando de una localización a una escala que pocos realmente conocerán. Doblado y traducido a un nivel bastante interesante (ya solo por usar términos nórdicos en las conversaciones a mi me han ganado), voces que algunas nos sonaran y otras no, pero todas rozando un nivel altísimo. Para mi es un merito enorme el trabajo que hay detrás de este juego, no vamos a hablar de todas las líneas de dialogo que hay (que realmente no importan), pero sí de cómo se ha pulido hasta el último detalle, estemos o no, habrá conversaciones en todas las tierras de Skyrim y es una maravilla ver como aunque nosotros seamos el detonante para muchas conversaciones, estas seguirán adelante aunque no formemos parte de la ecuación. Y qué decir de la banda sonora, realmente pocos juegos pueden tener un sello de aprobación con la palabra épico, Skyrim lo tiene más que merecido, temas que nos pondrán los pelos de punta y que nos despertaran todos los sentidos, llegando al nivel de entrar en una orgia de espadazos y muerte en algunos momentos, una genialidad.

¿Recomendarlo?, por mi parte sí, estamos ante un juego que tiene mucho que ofrecer, y lo que es más, a un nivel altísimo. Uno de los mejores juegos que he jugado en estos últimos años y del que creo que voy a tardar siglos en pensar siquiera en dejar de jugarlo de vez en cuando. Pero ojo, pertenece a un género que requiere dedicación y cierto conocimiento, Skyrim presencia un boom que todas las anteriores entregas no han tenido, y se ve a otros tipos de jugadores haciéndose con él con ideas muy equivocadas de lo que este juego es, y probablemente se acaben decepcionando o no comprendiendo el juego en sí. Si tienes muy claro lo que ofrece esta quinta entrega de The Elder Scrolls y aun no tienes uno en tus manos, ya tardas…

Una vida, Skyrim es eso, una vida que evoluciona y crece cada día, hay miles de cosas por hacer, miles de historias por vivir y estamos solo ante el comienzo. Cientos de horas nos ofrece esta aventura en tierras nórdicas, no me cabe la menor duda de que pronto veremos alguna expansión del juego, y tras liberar los códigos del mismo muy pronto, admito que tiemblo de emoción ante lo que la comunidad nos puede ofrecer de ahora en adelante. Llevando más de cien horas a mis espaldas, siento que este es solo el principio de una magnifica epopeya, y eso señores, es maravilloso…